miércoles, 30 de abril de 2008

LA IMPORTANCIA DEL AGUA

Para tener una vida sana, en nuestra dieta también debemos consumir sufiente agua para nuestro cuerpo. Las hombres necesitan un promedio de tres litros y medio de agua diarios y las mujeres dos litros y medio. Pero eso no significa que tengamos que consumir toda esa cantidad de agua pura. La totalidad de fluidos ingeridos a diario se incluye en esa cantidad, englobando frutas, verduras, sodas, tés, cafés, leche, y otros alimentos. Los investigadores también sugieren que existe una extrema variabilidad en las necesidades de agua de cada individuo, que dependen del clima, nivel de actividad y cantidad de sudor expulsado. Cuando queremos poner las cosas en su sitio descubriremos que la mayoría de las personas lo harán bien si beben cuando sienten algo de sed. El agua no contiene calorías pero nos hace sentirnos llenos. Eso significa que las personas que hacen dieta funcionarán mejor cuando beben agua. También está el efecto voluminizador de suplementos como la creatina que requieren un consumo extra de agua. Y por supuesto, el ejercicio intenso aumenta extraordinariamente nuestras necesidades de fluidos.Por lo tanto, hay que beber más agua si nuestro objetivo es perder grasa o aumentar de tamaño muscular. De no ser así, bastará con que dictamine el primer momento en que sintáis el acoso de la sed.




martes, 29 de abril de 2008






Aquí os presentamos algunos postres muy divertidos y nutritivos hechos con frutas. Son bastante fáciles de elaborar y muy, muy sanos.

BESITOS DE FRAMBUESA

Ingredientes
2 claras de huevo100 ml. de nata100 gramos de azúcar1 cucharadita de azúcar glassMedia cucharadita de cacao en polvoMedia cucharadita de esencia de vainillaFrambuesas.

Preparación
Batir las claras de huevo durante un minuto. Añadir un tercio del azúcar y seguir batiendo. Agregar en dos partes el resto del azúcar hasta que las claras estén montadas a punto de nieve.Dividir en 2 partes las claras y mezclar con el cacao una de ellas. Poner, por separado, en dos mangas, las claras de chocolate y las normales y hacer merengues rizados en una placa de horno. Hornear a 100 grados.Montar la clara junto a la vainilla y el azúcar glass. Colocar una pequeña cantidad de la nata en la base de la mitad de los merengues de chocolate y juntar con otro merengue igual por su base.Se debe poner papel sulfurizado en la placa del horno para que no se pegue el merengue. Hornear una hora, hasta que se sequen, sin que tomen color.


BIZCOCHO DE MANZANA

Ingredientes
750 grs. de manzanas
500 grs. de harina integral350 grs. de azúcar morena
250 grs. de mantequilla
6 huevos1 cucharada
1 cucharadita de clavo en polvo

Preparación
Picar las manzanas ya peladas y sin semillas en cubitos, mezclarlas con la harina y dejar reposar de 3 a 4 horas.Pasado ese tiempo, se acrema la mantequilla y el azúcar junto con el clavo, se incorporan las manzanas y algo más de harina, y sin dejar de batir se añaden uno a uno, los huevos.Vaciar la pasta en un molde ya engrasado y enharinado, y se hornea a 180 °C por un lapso de 60 minutos o algo más.

GELATINA DE FRUTAS

Ingredientes
1 taza Gelatina sin sabor
2 Manzanas
3 Naranjas 2 Peras
1/2 Piña
4 cdas. de Azúcar dietética

Preparación
Pelas las peras y las manzanas y dividirlas en 4; quitarles las partes duras y cortarlas en tajadas delgadas. Dividir en cascos las naranjas una vez peladas y si es posible deshollejarlas y sacarles las semillas. Pelar la mitad de una pera y cortarla en trozos muy delgados. Colocar estas frutas por capas en un molde arreglando los colores y espolvoreándolos con el azúcar dietética avainillado y ponerlo sobre hielo por una hora. En seguida estilar el jugo en un vaso y añadirlo a la taza de gelatina y vaciarlo sobre el molde, haciéndolo helar nuevamente. La gelatina se hace con tres cucharaditas de gelatina sin sabor y una taza de agua hirviendo. Se desmolda antes de servir.

domingo, 27 de abril de 2008

FRUTAS Y VERDURAS

Su consumo es importante puesto que, si las incluyes en cantidades adecuadas en la dieta, estás contribuyendo a la salud de toda la familia, ya que ayudan a reducir el riesgo de enfermedades como estreñimiento, hipertensión, exceso de colesterol, e incluso de ciertos tipos de cáncer.

10 razones por las que debemos tomar frutas y verduras

Nos ayudan a mantenernos bien hidratados.
Por su alto contenido de agua facilitan la eliminación de toxinas de nuestro organismo y nos ayudan a mantenernos bien hidratados.

Frutas y verduras son fuente casi exclusiva de vitamina C. Por lo que se recomienda que las consumas a diario, procurando al menos que una de las frutas del día sea de las más ricas en vitamina C (cítricos, kiwi, melón, fresas, frutas tropicales…) y que una de las raciones sea una ensalada.

Son fuente de antioxidantes: aliados de la salud. Hablamos de colorantes, aromas y otros compuestos naturales como las vitaminas C, E y el beta-caroteno o pro-vitamina A. Aunque están presentes en cantidades muy pequeñas, influyen decisivamente en la aceptación y apetencia por estos alimentos y se sabe con certeza que nos protegen frente a ciertas enfermedades, entre ellas las degenerativas, las cardiovasculares y el cáncer.

Ricas en fibra. La fibra ayuda a regular nuestra función intestinal, a corregir el estreñimiento y posee efectos beneficiosos en la prevención y tratamiento de otros trastornos como hipercolesterolemia, diabetes, obesidad, etc. En cuanto a las frutas, ten en cuenta que el contenido de fibra se reduce al pelarlas, y que la mayor concentración de sus vitaminas está justo bajo la piel por lo que deberás realizar un pelado poco profundo. Del mismo modo, si confeccionas un puré y lo pasas por el chino, no olvides que la mayor parte de la fibra de las hortalizas y verduras desaparece.

Nos ayudan a eliminar el exceso de líquidos. Contienen poco sodio y mucho potasio, lo que fuerza a nuestro cuerpo a eliminar el exceso de líquidos junto con las sustancias de desecho por la orina.

Apenas tienen grasa. La cantidad de grasa que presentan la mayoría de hortalizas y frutas es inapreciable, salvo para el aguacate y las olivas (ricos en ácido oleico, como el aceite de oliva) y el coco (con grasa mayoritariamente saturada).

Disfrútalas en cualquier época del año. Y aprovéchate en cada momento de las propias de cada estación, ya que están en su mejor momento.

Frutas: una dulce golosina. Las frutas tienen un agradable sabor dulce puesto que contienen azúcares (fructosa, glucosa, sacarosa…). ¡Aprovéchalo y saboréalas al natural y sin necesidad de endulzarlas con azúcar u otros edulcorantes! Además, recuerda que constituyen un buen tentempié a cualquier hora. De hecho, puedes incluirlas para completar el desayuno, como parte del almuerzo y de la merienda, y tanto antes como después de las comidas.

Hortalizas y verduras: échale imaginación. No sólo puedes incluirlas en las principales comidas del día, recuerda que aportan un toque muy sabroso y jugoso a bocadillos y sándwich para tomar en cualquier momento. Pan con rodajas o pulpa de tomate, un poquito de aceite y jamón, o sándwich vegetal con atún, son algunas ideas para que tú y los tuyos os beneficiéis aún más de sus múltiples propiedades. Prueba con originales recetas, lo admiten casi todo. Como mejor conservan sus propiedades tanto las frutas como las verduras es si las comes crudas. Si quieres reducir la pérdida de vitaminas, para las frutas tienes dos opciones: conservar la piel, lavándolas muy bien bajo el agua del grifo, o realizar un pelado poco profundo. Ya sea crudas y al natural, que cocidas, asadas o en brochetas, resultan deliciosas. Pero quizás quieras probar con algo más atrevido... ¿Qué tal un flan de espinacas con gambas, un plato de lomo de cerdo a la naranja con escarola, o un solomillo con pera cocida en salsa de hongos? Anímate y prueba a combinar frutas y verduras con todo tipo de alimentos puesto que lo admiten casi todo.


Cómo hacer que les gusten las frutas

Los más pequeños suelen mostrarse reacios a consumir fruta, a excepción del plátano, fácil de pelar y de agradable sabor dulce. Sin embargo, se debe promocionar el consumo de todo tipo de frutas, ya que hay ciertas vitaminas o minerales que se encuentran en unas y no en otras. Así el plátano aporta mucho potasio, pero sin embargo, tiene un contenido insignificante de vitamina C.

Más fruta para los niños

Procura que comiencen el día con frutas. Un vaso de zumo de frutas, rebanadas de plátano, ciruelas o fresas, etc. Darán un enérgico y delicioso comienzo al día, y le ofrecerán además una cantidad alta de fibra, más vitaminas y minerales y nada de grasa.

Intenta que participen en la compra y en la cocina, en la medida de sus posibilidades, para motivarles y enseñarles la importancia de comer de todo. Los niños y niñas pueden ayudarte a elaborar recetas de sorbetes, macedonias, batidos de fruta y yogur, gelatina con frutas o incluso en la preparación de copas deliciosas como ésta; una capa de puré de manzana cubierta con merengue azucarado, gratinada al horno y decorada con virutas de chocolate... ¡No habrá quien se resista!

Llega a un acuerdo con el resto de padres y madres de la escuela a la que llevas a tus hijos. Os podéis organizar a la hora de programar los almuerzos de los más pequeños y, semanalmente incluir para todos por igual diferentes tipos de frutas en la bolsa del almuerzo. Por ejemplo: el lunes mandarinas, el martes manzana, etc. Si el niño o la niña ve que sus compañeros o que en casa se come fruta, la tarea de hacer que las prueben será más fácil de sobrellevar. ¿No te parece?

Es mejor que la fruta siempre esté a mano. Las frutas se pueden llevar fácilmente a todos los lugares y pueden darles una rápida carga de sabor y energía en cualquier momento. Mete en la mochila, en la guantera del coche, etc. Una manzana, una naranja, una pera, o porqué no, una bolsita de pasas o albaricoques secos.

En casa, coloca las frutas siempre a la vista. Coloca las frutas en un cuenco sobre el mostrador de la cocina. Asegúrate de que las frutas estén claramente visibles cuando abran el refrigerador. Si las ven, es más probable que se las coman.

Añade frutas cortadas o en puré a carnes y pescados. Por ejemplo: lomo de cerdo con puré de manzana, pechuga de pavo con piña, pez espada a la naranja, etc.

Cambia su presentación para hacerlas más apetecibles. Puedes probar a presentar las frutas insertadas en un palito a modo de brochetas, cortar una manzana en cuadraditos junto con fresas en rodajitas, incluir una pajita de colores en un zumo...



sábado, 26 de abril de 2008

¿Qué es la bulimia nerviosa?

La bulimia nerviosa, normalmente llamada bulimia, se define como episodios incontrolados de comer en exceso (atracones) seguidos normalmente de purgas (autoinducción del vómito), mal uso de laxantes, enemas, o medicamentos que producen un incremento en la producción de orina, ayuno o ejercicio excesivo para controlar el peso. Los atracones, en esta situación, se definen como comer cantidades mucho más grandes de alimentos de las que se consumirían normalmente en un período corto de tiempo (normalmente menos de dos horas). Los atracones de comida se producen al menos dos veces a la semana durante tres meses y pueden producirse incluso hasta varias veces al día.

¿Qué causa la bulimia?

No se conoce la causa de la bulimia. Se cree que los factores que contribuyen al desarrollo de la bulimia incluyen los ideales culturales y las actitudes sociales en cuanto a la apariencia del cuerpo, la autoevaluación basada en el peso y forma del cuerpo, y los problemas familiares. Del 30 al 50 por ciento de los adolescentes bulímicos también cumplen los criterios de la anorexia nerviosa al inicio de su enfermedad.

¿A quiénes afecta la bulimia?

La mayoría de los bulímicos son mujeres adolescentes y procedentes de un grupo socioeconómico alto. Los adolescentes que desarrollan bulimia suelen provenir de familias en las que existen antecedentes de trastornos alimentarios, enfermedades físicas y otros problemas de salud mental, como trastornos del estado de ánimo o abuso de drogas. Otros problemas de salud mental, como los trastornos de ansiedad o los trastornos del estado de ánimo, se encuentran comúnmente en los adolescentes que tienen bulimia.


Síntomas


  • Usualmente un peso corporal bajo o normal (la persona se ve gorda).

  • Episodios recurrentes de atracones de comida (consumo rápido de cantidades excesivas de alimentos en un período de tiempo relativamente corto, a menudo en secreto), asociados con sentimientos de miedo de no ser capaz de dejar de comer durante los episodios de atracones.

  • Autoinducirse el vómito (normalmente en secreto).

  • Ejercicio excesivo o ayunar.

  • Costumbres o rituales alimentarios peculiares.

  • Uso inadecuado de laxantes, diuréticos u otros purgantes.

  • Menstruaciones irregulares o ausencia de menstruaciones.

  • Ansiedad.

  • Sentimientos de desaliento relacionados con la insatisfacción consigo mismo y con la apariencia de su cuerpo.

  • Depresión.

  • Preocupación por los alimentos, el peso y la forma del cuerpo.

  • Cicatrices en la parte posterior de los dedos debido al proceso de autoinducirse el vómito.

  • Comportamientos de querer obtener resultados por encima de los esperados.

Los síntomas de la bulimia pueden parecerse a los de otras condiciones o problemas médicos. Consulte siempre al médico del niño para el diagnóstico.

¿Cómo se diagnostica la bulimia?

Los padres, maestros, entrenadores o instructores pueden ser capaces de identificar al niño o adolescente que tiene bulimia, aunque muchas personas que tienen la enfermedad inicialmente la mantienen muy privada y escondida. Sin embargo, un psiquiatra infantil o un profesional de la salud mental capacitado normalmente diagnostica la bulimia en los niños y adolescentes. Una historia detallada del comportamiento del niño de parte de los padres y maestros, observaciones clínicas del comportamiento del niño y, algunas veces, un examen psicológico contribuyen a realizar el diagnóstico. Los padres que observen síntomas de bulimia en su niño o adolescente pueden ayudar buscando una evaluación y tratamiento tempranos. El tratamiento temprano puede prevenir a menudo problemas futuros.

La bulimia, y la desnutrición resultante, puede afectar de forma adversa a casi todos los sistemas de órganos del cuerpo, aumentando la importancia del diagnóstico y tratamiento tempranos.

Tratamiento de la bulimia:

La bulimia normalmente se trata con una combinación de terapia individual, terapia familiar, modificación del comportamiento y rehabilitación nutricional. El tratamiento debe estar siempre basado en una evaluación exhaustiva del adolescente y de la familia. La terapia individual normalmente incluye técnicas cognoscitivas y del comportamiento. Los medicamentos (normalmente antidepresivos o medicamentos contra la ansiedad) pueden ser útiles si el adolescente que tiene bulimia está también ansioso o deprimido. Los padres juegan un papel de apoyo vital en cualquier proceso de tratamiento.

Prevención de la bulimia:

Hasta la fecha no se conocen medidas preventivas para reducir la incidencia de la bulimia. Sin embargo, la detección e intervención tempranas pueden reducir la gravedad de los síntomas, estimular el proceso de crecimiento y desarrollo normal, y mejorar la calidad de vida de los adolescentes que tienen bulimia. Alentar los hábitos alimenticios sanos y las actitudes razonables en cuanto al peso y la dieta puede también ser de gran ayuda.


LA BULIMIA EN NIÑOS Y ADOLESCENTES

viernes, 25 de abril de 2008

Cuidado con la pérdida de líquidos!!

La deshidratación es un trastorno que ocurre cuando una persona pierde más líquidos (por ejemplo, en forma de orina o sudor) que los que ingiere. Este, no es un problema tan grave en un adolescente como puede serlo en un bebé o un niño pequeño. Si no haces caso a tu sed, la deshidratación puede quitarte muchas energías.
Cuando una persona se deshidrata, significa que la cantidad de agua que contiene su cuerpo ha descendido por debajo del nivel adecuado (nuestro cuerpo contiene aproximadamente dos tercios de agua). Las pequeñas pérdidas de líquidos no representan ningún problema y en la mayoría de los casos pasan completamente desapercibidas. Pero perder una cantidad importante de agua puede hacer que una persona se encuentre francamente mal, como puede ocurrir en consecuencia de una mala alimentación que desemboca en enfermedades.

Una causa habitual de deshidratación en los adolescentes son las enfermedades gastrointestinales. Cuando te infectas por un bichito estomacal o intestinal, puedes perder mucho líquido a través de los vómitos y las diarreas. Los vómitos también puede ser debidos a trastornos alimentarios como la bulimia o la anorexia. También te puedes deshidratar si haces mucho ejercicio físico y no repones los líquidos que gastas, aunque es muy poco habitual llegar siquiera al nivel de la deshidratación moderada mientras se hace deporte u otra actividad física normal al aire libre. Así mismo, el hecho de ponerse a dieta también puede mermar considerablemente las reservas de agua de una persona. No te fíes de las dietas que hacen hincapié en "dietas secas" como una forma rápida de perder peso.

Entre los síntomas de la deshidratación se encuentra el sentirte mareado o inestable, como si se te fuera la cabeza, tener la boca seca o pegajosa y orinar menos y más oscuro. Al tratarse de un trastorno progresivo, una persona se va encontrando mucho peor a medida que la deshidratación va afectando a más sistemas corporales y a más órganos.

La forma más fácil de evitar la deshidratación es beber mucho líquido, sobre todo en los días calurosos, secos y/o ventosos